Sonreír me dolía.
Había perdido la capacidad de sentir
y lo que me quedaba era dolor.
Arrugué toda esperanza en mis manos,
mi sombra había marcado
para siempre
el final del día.
Colgué
todos
los
momentos
que
dejamos
pendientes.
Me sobraba el mundo y me faltabas tú,
mis manos tomaron la forma del vacío.
No era necesario
… era in-evitable.
Sonreí
con el gesto ausente
de una mirada que busca,
pero no encuentra.
… sonreír ya no dolía tanto//