EL CONDENADO
PARTE I: EL DESVELO
Suenan las doce y florecen
rosas marchitas de miedo
en la piel del prisionero
recogiendo su dorsal.
La noche negra enmudece,
no hay una estrella en el cielo
que distraiga su desvelo
del silencio funeral.
A la arena entre sus dedos
se aferra el desesperado,
que ve fluir al pasado
cada instante del reloj.
Cada tic del segundero,
por cada vez que respira
siente escaparse la vida
de su aciago corazón.
Sus ojos vagan sin rumbo
tratando de hallar sentido
a la muerte y lo vivido
buscando encontrar la paz,
pero es tan cruel este mundo
que nada logra la calma,
no llega paz a su alma
solo fría oscuridad
Con paciencia y sigilosa
avanzo por su mejilla
una gota cristalina
de su tormenta interior,
ese interior que rebosa
de una nostalgia infinita
al ver su infancia bendita
llena de gozo y amor.
Vagando en tiempos antaños
su anciano abuelo yacía
recitándole poesías
que no pudo recordar.
Tan solo oyó de sus labios
que temblorosos movía
con voz lúgubre y sombría
para poder recitar:
\"...Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar...\"
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Autor: José Gamarra (Mochuelo de Minerva)
27/02/2019
Parte 1 de 3