TRISTEZA
Ya no es la tibia tarde de verano,
ni el brillar de los astros a lo lejos,
ni mirar de unos ojos los reflejos
lo que hace escribir versos a mi mano.
Ya no es el recuerdo solitario
que en un rincón del corazón se aburre,
ni escuchar lo que el viento le susurre
a la torre del viejo campanario.
Ya no es tampoco recordar los besos
que una o mil veces en mis labios anidaron.
Ni recordar a aquellas que me amaron,
porque fueron tan solo amores necios.
Estoy triste ya casi por costumbre.
Es mi amiga tristeza quien me inspira,
y se tornan mis lágrimas la lira
que vuelve poesía mi pesadumbre.
©José Luis Morales Villarán
Marzo de 1972
Monterey, Nuevo León