Adrian VeMo

No hay edad

 

 

No hay edad para huir

y volverse ciegos.

Los muertos son ciegos a la vida

y de ella, huyeron;

menos hay edad para expirar,

a veces

el aliento no soporta los golpes de plomo

y se desploma.

No hay edad para emancipar

a las rosas del desierto

y dejen de naufragar en espejismos y venenos.

No hay edad para dejarse algo:

un camino,

una lágrima,

un puente espinoso,

un pavor erguido en silencio.

 

No te conozco lo suficiente

como para agregar a este párrafo un renglón de tu vida

y por más que quisiera atinar

no sabría

la primera vez que desde un aeróstato

quisiste dar la vuelta a este mundo que tiene complejo de jorobado

y aprende a agachar la cabeza.

A estas alturas has aprendido a diferenciar

los espejos que hay en cuartos de baño,

o en habitaciones o los que están colgados en muros inoportunos,

de los espejos donde te reflejas sin que tú consigas verte

sin que lo sepas.

Ahora que tienes noción de Ícaro

se aprende a caer

y a levantar primero las manos

antes de abrir la boca

 

...me faltan años para tener tu edad

aunque de diferencia me lleves sólo diez meses,

no estoy listo para morder y acariciar la vida.