EN EL DINTEL DE LA PUERTA
En aquel ágil arroyo,
en sus aguas cristalinas,
nadan sin fin las quimeras,
flotan sutiles verdades.
Su cantarina corriente,
se va llevando la vida.
Y con ella realidades,
adornadas con mentiras.
El tiempo dispuesto siempre,
prepotente y satisfecho.
Dominando lo que nace,
lo que creciendo termina.
Su poder, preña la vida,
implantando su simiente.
Así, tan solo la mente,
sale a flote de su prisa.
Tejedoras armonías,
que van zurciendo la vida.
Cosiendo sus necias grietas,
por donde se va la dicha.
Armoniosas sinfonías,
que adornan las viejas ropas,
aparentando ser nuevas,
pero grotescas acaban,
yertas en su propia rima.
En aquel lago tranquilo,
en cuyas aguas dormitan,
penas, dolor y alegrías.
Reposan los pensamientos,
sentimientos y promesas.
Donde la paz en el fondo,
besa a los seres que habitan.
Desplazándose armoniosos,
cual gráciles bailarinas.
Va rebosando la vida,
de los cauces que limitan,
la libertad que la obliga.
Derramando las esencias,
que de su ser regurgitan.
Volcando sus ilusiones,
sobre el tiempo que la guía.
Encorsetados anhelos,
cosidos de plata fina.
El tiempo cruzó la puerta,
que libera y delimita.
Y en el dintel esperando,
se van quedando pedazos,
de amores y de fatigas.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
23/03/2019