Quiero ser una astilla,
y después de clavar
todo el fervor,
retirarme sin más,
con la mano escondida,
gestando confusión,
entornando la puerta...
Así es como debe ser.
No llamar y no dar señas,
hasta ser parte de un tren
de madera
que no descarrila
cuando atraviesa
las ganas de volver...
23/3/19