linda abdul baki

No lo podía evitar

No lo podía evitar

 

 

Toda mi vida espere que Dios me mandara siempre algo

Algo para ayudar a las almas, que por mi camino veía

Mas sin embargo siempre sentía, que el me protegía

Y nunca sentí miedo de hacer lo que creí, que me convenía

Siempre le pedía ayudar a los demás, así feliz me sentía

Y el día que no me mandaba nada, triste me ponía

Y le decía hay divino señor, hoy no me mandaste a nadie como lo hacías

Porque no me has mandado a alguien, para ayudarlo y sentirme bien todos los días

Les contare recortes de lo que Dios quiso que hiciera.

 

Un día yendo para la parcela en Calabozo Venezuela, pasando el puente me encontré con un niño de 10 años que, caminando solito, yo lo pase pero no lo pude evitar, me regrese y lo monte en el carro, le dije para donde vas, me dijo voy donde mi papá y mama que están en una parcela, me dijo donde, me pareció lejos y no sabia el lugar, me metí en una parcela de un amigo y le pregunte por la dirección, y le conté del pequeño el señor me mira y me dice señora Linda eso es muy lejos, y le diré algo eso de llevar a un niño así como así no es para su bien porque cualquier cosa las leyes le caen enzima, y yo pensé como lo voy a dejar ahí, no lo puedo evitar, lo miro y le digo bueno gracias, Salí y le pregunte al niño de donde vienes tu el me dijo que de calabozo que el vivía con su abuela, y que el no quería seguir ahí que se quería ir donde los papas, le dije y tu no estudias, me dijo si, le dije que te parece vamos al colegio y otro día le dices a tu papa que te quieres ir con el, el me miro y me dijo que si, regresamos a Calabozo, antes de llevarlo a la escuela entre con el a la bodega le compre algunas cosas y lo lleve al colegio, hable con la maestra y lo deje ahí, y me fui feliz es que no lo puedo evitar.

 

Otro cuento fue, venia yo por la carretera nacional y veo una pareja de viejitos esperando que alguien les de la cola, como un imán sin poderlo evitar me pare, baje la cabeza les dije para donde van, ellos sonrieron y me dijeron para donde, yo les dije móntense, se montaron, su sitio era un poco lejos me metían por una parte salía por otra y así sucesivamente hasta llegar a su casita humilde y pobre, y yo feliz de la vida que alegría, decía Diosito me quiere, Diosito me quiere

 

 

Otro cuento fue, iba yo para cruzar por una carretera para ir a hacer unas diligencias y en la vía me encontré con una muchacha parada al lado de la carretera, y la lluvia no paraba, la muchacha con las sandalias en las manos me dio la impresión que venia del hospital y muy triste se veía no lo pude evitar y me devolví la monte en el carro y la lleve a su casa cuando vi su sonrisa y agradecimiento sentí que Dios era el que me estaba dando esa sonrisa y me fui feliz, feliz que ni un tesoro encontrado me hubiera hecho sentir esa felicidad

 

Somos solo lo que el quiere que seamos

Y yo fui un instrumentos en sus divinas manos…… continuara

Con mi amor de siempre Linda

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