Por un arduo y polvoriento camino
voy sembrando suspiros en el aire,
llevo el corazón roto y malherido
por no enamorarme.
Por un camino angosto y solitario
voy soñando aromas de la tarde,
son fragancias de rosas y claveles
que por el éter el amor esparce.
Por un argénteo camino de plata
voy tejiendo ilusiones a raudales
con finos hilos de líquida seda
que morirán en lo hondo de los mares.