Al bordonear la guitarra,
Un cajón contesta e invita
A la voz primera.
Es un llamado de marinera.
El, serio y altanero.
Ella, coqueta y salerosa.
Al aire los pañuelos,
Como palomas blancas,
Que ágiles y diestras
Se elevan en elegantes vuelos.
Falda amplia que vuela
Como si del viento fueran sus alas.
Y gira y se levanta airosa,
Como las olas de la mar sinuosa.
Se inicia el paseo.
Comienza el coqueteo.
Él, galante acepta el reto.
Y ella ofrece un beso.
Una media vuelta y luego un giro
Y fuga con mucho salero
Evitando el beso.
Dando vueltas al compás
De la marinera.
Los pies contestan
Gira y retoza.
Un paseo y media vuelta
Y llega la fuga
Y enseguida la resbalosa.
Pañuelo al hombro
Y un coqueteo.
De cintura va un requiebro
Y enseguida un cepillado
Y un zapateo con estilo.
Con el pie derecho
Luego con el izquierdo.
Otra media vuelta
Un final con rodilla al piso
Y el sombrero en la mano.
Le rinde pleitesía.
Así es la marinera
Bella y jacarandosa.
Que nació en el norte
Y del Perú para el mundo.
Marinera peruana.
De fina sonrisa
Y pícara mirada.
Elegante y seductora
Señora coqueta.
Señora marinera.
Mujer peruana
Marinera norteña..
Al aire el rojo y blanco
Que nace del sentimiento
De un corazón peruano.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. T.