EL CONDENADO
PARTE II: LA PESADILLA
Ya muerta esta su mirada
como una estrella sin brillo
que antaño, sol amarillo,
Irradiaba de pasión;
ahora un tanto pesada
la piel envuelve sus ojos
en un mundo de despojos,
de tinieblas e ilusión.
Alzó su vuelo hacia el cielo
como un águila encarnada,
batió sus alas doradas
queriendo alcanzar el sol.
El astro rey traicionero
sin reparos ni decoros,
mostró sus plumas de plomo
derretirse ante el calor.
...
Ángel caído del deseo profano
lanzas en vano tu plegaria al cielo
mientras desciende en fracasado vuelo
y a nada aferras tu azarosa mano.
...
Y un torbellino de agujas
devora al tiempo sin miedo,
y unos grilletes de acero
portaba la libertad,
y la justicia vendada
no miró a aquél prisionero,
que en su descenso hacia el suelo
logró mirar su final.
De su cuerpo, mil pedazos
tomaron forma de cuervos.
De la muerte fueron siervos
Y de su alma ataúd.
Se desataron los lazos.
Su ser vagó por lo eterno.
El abrazo del averno
devoraba toda luz.
Donde la duda termina,
donde se acaba el sentido,
sin tacto, gusto ni oido,
ningún dolor o placer.
Ningún recuerdo germina
donde las sombras no acaban.
Donde las luces se apagan
se fundió con el \"no ser\".
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Parte 2 de 3
Autor: José Gamarra
03/03/2019
Inspirado en \"Reo de muerte\" de José de Espronceda (25 de marzo de 1808 - 23 de mayo 1942)
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