Anoche soñé con un mar negro
iluminado solamente por el reflejo de un faro.
Anoche soñé
que besaba a un abismo
y encontraba una oscuridad que me aterraba
cayendo presa de un espejo negro.
Pero allí estaba el faro.
Anoche soñé que dibujaba estrellas amarillas
que miraba la noche en el mar desde la orilla
y te cogía de la mano.
Anoche soñé
que era más verdad el sueño que soñaba
que la propia realidad
que yo misma era el mar embravecido,
negro de tinta y de instintos
al que no me atrevo siquiera ni a asomarme
desde la paz de este faro.