Se que te amo sin posibilidad
de equivocarme o de un quizá,
espiración de mi sensibilidad
tu nombre de mi pecho se saldrá.
Bajo el farol de un lúgubre café
te veo descender de un caballo negro,
en la fría Santa Rosa yo pensé
yace mi alma en el asfalto negro,
envuelto entre la escarcha de la bruma,
sin que me notaras, preciosa cruzas
y un haz de luz a tu pelo se suma
en la mirada de tristes lechuzas.
A tu espalda el cielo triste se descuelga
perdiéndote en el abrazo de aquel joven,
más de la luna mi esperanza cuelga.
Te veo partir y al alejarte
en mi pecho el latir obsesivo,
impertinente no deja de amarte.