Te regalo tu mirada
porque no atraviesa mis esquinas
ni sabe mirar las huellas
cuando tu ombligo observas
y vas con tanta prisa.
Te regalo tus silencios
porque no son de conejos
que tienen orejas largas
que arrinconan la palabra
y tienen el olfato tierno.
Con el semblante ceñudo
eres más un erizo
que no logra contestar
y pincha donde va el nudo
eso no lastima mucho
pero no se puede acariciar.
Te regalo este amor
que no tiene proporción
si no sabes qué hacer con él,
te lo digo con franqueza
ponlo en medio del corazón
para poder vaciar tu cabeza.