A la palabra,
a los demas,
y a mi misma
nos sofoca esto de amar.
Esa verdad insospechada
ese silencio
y tu voz amarrándose
a una carta sin orillas,
a un río inverso que se pierde,
en un espejo empañado
de pupilas que no se reflejan.
Y grita desesperadamente
ese calendario que te esconde
en dias rojos bajo el filo
de un papel en blanco.
Nos asfixia la rutina,
la palabra
a los demás, nunca,
y a mi misma siempre