Te reservé en un pedazo de corazón,
y, tarde o temprano lo invadiste todo;
con diatribas disfrazadas de una acción,
lo haz desprendido para tirarlo al lodo.
Aún no sé si es por tu dedicación
o padezco de falta de amor propio,
aún te sigo viendo con la convicción
que tuve el primer día de novios.
En el amor se lucha; existe el sacrificio.
Yo reservé mi tiempo para poder compartirlo.
No bastó mucho esperar el suplicio.
¿Con quién lo comparto si al final no es contigo?
Al final me hayo yo y soledad en un mismo camino,
haciendo lo que en algún momento planee contigo.
Al final, permanezco solo como si fuese el destino,
divagando lo expectacular que hubiese sido que estuvieras conmigo.