Indúceme mujer al estudio de tu ser
esa materia de dulce calidez
¿Es que acaso no sientes mi mirada?
Somos dos y como cielo estamos
a veces precipitamos pero siempre nos amamos.
Quisiera recorrerte cada noche,
a mi lado tenerte sin reproche
es qué tus variaciones son tan fuertes
que mantienes intrigada a mi mente.
¿Cómo vos es que hacéis tan salvaje quietura?
mi reina tienes a mi alma en extrema locura,
abundantes ataduras, es qué a tu lado
no tengo miedo ni dudas.
Declaro que existen frágiles lamentos
potencialmente dispersos en lobreguez y monotonía
pero los momentos a tu lado son colosos y titanes.
Te siento tan fantástica que sin duda alguna
las más grandes epopeyas y cantares
a tu figura le hacen homenaje con viñedos entre valles.
Yo con mis dedos terrenales luchando por alcanzarte, poseerte,
y poder navegarte despreocupado pude la furia de los siete mares.