Rigo F. Garay

RELATOS CORTOS: Y el morir del poeta

Sí la luz del amanecer encuentra a la musa como reina,

emporada en el castillo de los recuerdos;

esa combinación, es pócima poderosa para el arte.

 

Que de la esencia, nace al alba en platónica plegaria;

que quizá encamine sus palabras al encuentro de la musa.

Eso sí, cuando la monarca histérica destruye o quema,

abandona o decora el castillo del poeta

¿Dónde vivirá éste? ¿Adónde se irán sus palabras?

 

Pero cuando ocurre, de apoco se abandona,

enajena y deshabita; muriendo así mismo.

Y ya en la muerte, espera el amanecer en los ojos de su ninfa;

mofándose de la soledad que disfruta.