Dices que a veces invento
idiomas que no son de este mundo,
Que soy más verso que poetisa,
y tú tan prosa
construyendo los barrotes de palabras
cada vez que intentas definirme,
recorrerme entera a letras,
describirme de la curva de las piernas
al laberinto cóncavo de mi mirada.
De la nieve nacida en primavera
al bosque lleno de niebla
que tengo bajo las pestañas.
Dices que a veces dibujo
con mis manos difuminando
las sombras que proyecta tu cuerpo
y tus ojos como una fotografía a lápiz
del instante de un verso
jamás escrito.
Dices que soy el amor de tu vida
y yo digo que me pareces
el amor perfecto de todas las vidas
en las que pueda encontrarte
yo quizás menos tormenta, menos viento,
y tú quizás el mismo barco,
pero rumbo mar abierto.