En las ventanas del dolor puede crecer una flor,
de las aguas del desencanto,
puede salir un bello canto.
No tiene que ser el sufrimiento
causa de descontento;
podemos encontrar aliento en todo acontecimiento.
Hay dolores que fortalecen,
hay dolores que nos traspasan el alma como dagas,
pero luego poniendo cabeza fría,
vemos que sirvieron para algo.
El dolor el dolor puede ser un halo redentor.
Mirad, el padre y la madre cómo se sacrifican en el hogar
sus afanes y pesares dan a luz hijos buenos, bien formados.
Mirad, cuando uno enferma, se vuelve humilde, es mejor persona.
Mirad, si uno cae en bancarrota
aprende a administrar sus bienes sin despilfarro.
Mirad, en separación de esposos
ambos aprenden de los errores...
El dolor es gran redentor
es parte de la vida,
pues la vida es rosa y llanto,
plenitud de sentimientos.
En las ventanas del dolor
hoy no encontré
quejas, ni llanto amargo.
En las ventanas del dolor
hoy encontré un jarrón lleno de flores olorosas:
flores de la conformidad con la realidad,
flores de la auto aceptación personal,
flores de sabiduría existencial.
Mi ventana ya no es sombría, ni amarga,
ahora es ventana de alegría y bondad,
pues aprendió a vivir asumiendo el dolor,
enfrentándolo;
Mirad todos, como brilla mi ventana en esplendor.
¿Y el dolor ?
Pálidamente se ve.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados