El silencio es mi ser impotente,
quemante por no saber cómo moldear en locuciones mi cerebro;
hay tanto que decir, tanto me rodea,
pero me hago estéril de palabras, no nacen de mí.
Todo lo que me rodea no me preña de ideas,
no enamoran mi ser,
no me toca para darme ganas,
más bien va directo a mis manos,
me desnuda, no se detiene para acariciarme,
se quita el pantalón del cerebro que no lubrica mis ideas,
me levanta los pezones por puro reflejo del cuerpo,
me deja trémulo sin formas para describir,
masturba mi masa gris con las manos secas
quejándose excitado, mientras me dejo sin sentir.
todas las palabras no vienen,
no intentan nacer con pureza, con sinceridad;
tengo los ojos abiertos en la oscuridad de esto que no estoy sintiendo,
trato de esforzarme para imaginar cosas y tratar que sea placentero,
me concentro con torpeza,
logro juntar ideas vagas, tomadas al azar,
empiezo a sudar por la fatiga de pensar sin lograr inspiración.
la inconstancia me sigue masturbando de tal manera que me rasga la piel,
es leve el dolor pues aunque no sienta nada, me gusta que me masturben,
pero sigo en blanco todavía,
de repente vuelvo a ver todo lo que estoy escribiendo
y percibo que he eyaculado palabras…
Sin placer.