Estos días de principios de otoño
se vuelven mas duros por año que pasa.
Hace tres cañas de vino se fue mi amor
y hace casi cuatro se fue el amor de mi amor.
Ella se acostaba a mi lado y esperaba a que me durmiera
o me traía un vaso y un pan en mis horas de ocio,
el en cambio pasaba el día afuera
inventando y desentrañando problemas cotidianos.
Los amaba a ambos por haberme criado
y los odio por haberme abandonado,
me dieron un hogar
y luego me lo arrebataron.
Me dieron buenos momentos y grandes enseñanzas
pero lo único que aprendí
fue que no se puede vivir sin un ser amado.
Fueron mis abuelos políticamente hablando,
pero dentro de mi, serán mis únicos padres.
Creo que los extraño.