La doncella sueña
que corre lentamente
sobre los valles
y danza sobre prados
verde esperanza.
Cabalgante...
con los pies desnudos,
con el alma revestida de rocío,
radiante como la tez de la luna
convertida en suspiro.
Sus ojos, buscan los suyos,
los de una bestia...
Tan feroz,
pero tan noble en su corazón.
Tan salvaje,
pero tan protector a la vez.
Tan fuerte,
pero capaz de dejarse vencer
por fidelidad a su amante.
Tan imponente,
como un centauro,
pero tan tierno,
cual cordero oculto en su interior.
La doncella,
camina sobre las olas de sus anhelos,
con la suave diamantina
como escarola
adornándole el pelo.
Retumban los cielos.
La bestia,
guiada por su instinto,
va a su encuentro.
Retumban los sueños.
Para la doncella hechizada,
él, es distinto...
es su amor eterno.
Y así, como una caricia
que revive un corazón muerto...
como se conjugan el agua
y el suelo seco...
en un beso se dan la vida;
vida, que hace caer
mieles del cielo.
Danzan las aves,
se mueve y cambia
el firmamento...
y sus ojos,
aún se miran,
eclipsados en el tiempo,
es el horizonte eterno...
de los que se han enamorado;
del verdadero amor imperfecto
que late simultáneo.
De: Diana Janeth Reyes Diáz.
( Diana Reydz )
Publicado el 27/03/19
11:40pm
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