Ya no quiero soñarte más;
Dime que no, ya no digas quizás,
porque nunca será sí;
Haz lo correcto y déjame ir.
Me quieres, para nada lo dudo,
pero no me amas;
A veces el amor no llega, lo entiendo,
ahora quiero irme,
ya no quiero estar aquí;
Tu ausencia será terrible,
la vida sin tus caricias
será insufrible,
pero no quiero seguir así.
Eso si, no quiero irme sin decirte
lo importante que fuiste para mí;
Que todo valió la pena;
cada atardecer,
los amaneceres de la playa,
las risas que nunca nos faltaron;
Cada historia, cada taza de café;
No quiero irme sin decirte
que en mis memorias,
por mucho tiempo,
serás la mujer que tanto amé.
Héctor H. García Herrera