Un año casi ha pasado
de la muerte de don Pedro,
y de aquella gran tragedia
que arrasó con todo un pueblo,
culpa de la Sin Ventura
que no aceptó nunca el duelo.
Sus afrentas provocaron
un gran castigo del cielo.
La hija del Adelantado
hoy recibe el testamento
que su padre pidió un día
a aquel amigo tan bueno
que comprendía bien las penas
que debía saldar primero,
y así repara los males
que en su vida hizo don Pedro.