Perdóname si te quiero,
si cada día por ti muero,
perdona a aquél día
en el que te conocía.
Perdona mis noches
y, a mis intensos sueños
donde mi cuerpo desea
que seas su dueño.
Perdona mis pensamientos
si por ti pierden la calma,
perdona también mis labios
por besarte con todo el alma.
Perdona esta pasión
que me quema día a día
y a mi pobre corazón
que, por verte ¿qué daría?
Perdona mis recuerdos
si siguen vivos en mis ojos,
perdona el daño causado
y los días de enojo.
Perdóname entera si quieres
pues he perdido mi batalla
no puedo olvidarte, no.
¡Olvídame tú, si puedes!