El amor que te supe dar
El tiempo lo guardó
En un cofre dorado
En el fondo del mar.
Con el tiempo
Lo sacaron a flote las olas
Y la marea lo arrastró.
Un barco oriental lo recogió
Y lo llevó a un grupo de islas
Remotas y solitarias.
Un barco fantasma
Con las velas arriadas
Que navegaba en el tiempo
Arrastrado por el viento
Recogió el cofre dorado
Y los llevó mar adentro.
Llevando carga tan valiosa
Fue atacado por un barco pirata
Que navegaba sobre las nubes
Entre un mar de estrellas púberes.
Fue abordado y capturado
Y los piratas los llevaron
A su refugio donde anclaron
En un puerto seguro.
La marea rompió las cadenas
Del pesado ancla
Y el barco fantasma
Volvió a soñar con el mar.
Abandonando el puerto.
Lentamente se fue internándo.
Lentamente se fue alejando.
A la deriva navegando.
Iba el barco sin control.
Sin rumbo fijo.
Y en medio de una densa neblina
Avanzaba perdiéndose en la bruma.
El mascarón cortaba la niebla y el agua
Como una cuchilla y así avanzaba.
Alejándose de la orilla.
Mientras lloraba el faro que lo guía.
En un viaje de triste agonía.
Una tormenta amenazó al tiempo
Y entre los vaivenes de grandes olas
El barco perdió el timón
Y quedó tristemente encallado.
Entre los escollos
Y grandes rocas.
El barco naufragó
el capitán no abandonó el barco
se hundió con sus penas.
A lo lejos
Apareció tu rostro,
Triste y consternado,
Entre el tiempo brumoso.
Mientras se iba alejando
El barco se iba perdiendo
En medio de un velo negro y brumoso.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.