Llora la alegría por las lagrímas
secadas en el tiempo
en que todo ocurrió.
Las paredes señalan
por donde tus dedos recorrieron
las calles que dejaste pendiente de transitar.
Se apagó en tí la luz que me ofreciste
cuando aún apenas sabías nada de mí.
Todo de ti fue un regalo a la búsqueda
de otro regalo y ahora busco donde ya sé que no hay
nada más, ahí temo encontrar tu recuerdo
cuando sé ya que tú apartaste el mío.
Lázaro.