Te acercaste a mi buscando no sé qué cosa
con tu sonrisa fingida me llamaste “hermana”
simulaste ser dama, más eras tósigo de lengua filosa
la inmoralidad de tu pétreo corazón mana.
Treinta años te dediqué mi valioso tiempo
contigo no hubo más que negra oscuridad
depresión, amargura, en mi vida fuiste contratiempo
tienes el alma repleta de hipocresía y maldad.
Nada te tiene contenta, ni el sol en su resplandor
ya la luna no te brinda su bendita claridad
la amistad pisoteaste, cuernos pusiste al amor
aguijoneando vas a toda la humanidad.
¿Qué me podía esperar yo? Ciega estuve
hasta sentir la daga de la traición atravesar el corazón
de la testa cayó el velo como una ligera nube
dándome cuenta que eras un gigantesco pitón.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.