Yo quise ser,
solo para poder tocarte,
cómo esa gota de agua:
que cae del cielo sobre el nudo de tu delicada nuca
y baja por tu espalda, suave y dulce.
con tanta facilidad.
haciendo que sientas, a veces,
un corto escalofrío y una sensación que te hace respirar fuerte.
y te retuerces.
cómo esa gota que va dejando una marca
o un camino.
y te dejas llevar.
cómo esa gota,
que cuando por fin llega
a la parte alta de tú cintura
ancha y femenina
se desvanece
y no te hace sentir nada más, que placer.