Siempre que el cielo se vuelve rojo
de furia,
porque se vuelve a quebrar
mi pieza favorita de porcelana,
y tan triste como la rosa que se comió sus espinas
no seas indiferente a la agonía de la rosa,
ayuda la que el dolor y la compasión son maestros
en hacer que renazcan individuos fuertes y misericordiosos
para que mañana cuándo sanen sus llagas abiertas tiendan su mano a seres que agonizan en tundras profundas
y siniestras,
y en cuanto a tu pieza de porcelana recoges los pedazos,
diles adiós, se agradecido por tener y conservar el arte que te permitío crearla,
siéntate sereno bajo la luz de la luna y las estrellas,
la luz del sol,
en medio de una lluvia,
en la playa o la montaña,
y crea más piezas de porcelana,
aprende a ser agradecido y misericordioso
no te conviertas en un ser siniestro y oscuro.