¡Ay, mi gran maestra querida!
Cuánto duele ser postrero;
El despedir lastimero
A quien le dimos la vida;
Es experiencia homicida
Duro golpe muy certero,
Es un golpe traicionero
Ver la esperanza perdida;
Y aunque difícil resulta
Siempre habrá una razón,
Manifiesta o muy oculta:
Eres toda compasión,
Que aunque tu carga, ya es mucha
Siempre es más tu comprensión…
(Cuentas querida amiga
Con la gran fuerza de Dios)