Los días se tornan negros y sombríos,
Como si quisieran acompañar mi tristeza.
Las montañas se cubren de densas nieblas,
Como se cubre mi alma de dolor,
El cielo rompe su furia con estruendo
Como se rompe el alma mía en llanto.
Al recordar tu partida, madre mía.
En medio de la penumbra se divisa una luz,
Como si quisieran recordarme la esperanza divina.
Las montañas aparecen con un verdor refrescante
Como si quisieran dejar paz a mi alma.
El cielo se torna azul con un sol refulgente
Como tu alma de niño, vestida de luz.
Al recordar tu partida, madre mía.