PUDE VERTE FELIZ
En esta tarde gris y fría
decidí caminar por la ciudad,
para sacudir la melancolía
y a mi amarga soledad.
Caminé por las calles
que a tu lado recorría,
abrazado de tu talle
mientras alegre sonreías.
Pasé por el restaurant bar
de muy grata memoria,
donde fue nuestra primera cita,
la mejor cita de la historia.
Paseé por aquella plaza,
donde por primera vez te besé,
después entre a la catedral
y a Dios por ti recé.
También por aquel café
que tanto frecuentábamos,
donde por horas charlábamos
y contigo mil planes elaboré.
Así proseguí mi transitar,
sereno y sin ninguna prisa,
y entre la gente pude divisar
tu inconfundible sonrisa.
Caminabas en sentido contrario
hacia el que yo me dirigía,
no venías en solitario,
otro tu mano sostenía.
Advertí el triste detalle
que alguien a tu lado caminaba,
feliz y abrazado de tu talle
como yo en otro tiempo andaba.
Desvíe la mirada rápidamente
para evitar que me vieras,
me perdí entre la gente
y espere que te fueras.
Sigo siendo de la vida aprendiz,
a pesar del dolor de tu encuentro
me quede tranquilo y contento
pues pude verte feliz.
Juan Manuel Guajardo
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