Soncafe

INGRATITUD

Vine a la vida al final de un crepúsculo,

a la luz grácil de unos versos profanos,

con un Cupido tatuado en mi músculo

y una leyenda del amor en mis manos.

 

Días de estudios completaron mi infancia,

sueños que ya no sonarán a futuro,

tiempos vividos que guardan su fragancia

marcan la estela de un rumbo seguro.

 

De los momentos disfruté su dulzura,

siendo feliz sin nada, vivo contento.

No doy paso al dolor, ni a la amargura

que nos lacera con el vil sufrimiento,

 

de un mal que aniquila del ser toda virtud,

que es el veneno aciago de la ingratitud.