No es que muera de amor o muera por ti.
Es que estamos viendo que está alguien a punto de morir y solo vemos cómo éste se va de aquí.
Amor de mi y amor para ti; quien le escribo mi amor en el libro versos autobiográficos es a ti.
No es como que vaya a morir por no sentirte cerquita de mí.
Pero es que mis ojos necesitan una imagen tuya frente a mí.
Lloran y claman por verte sonreír, ver la mañana con el sol colado entre la ventana y tú cabello.
No es como que esté perdido por no encontrar un camino junto a ti.
Pero es que mi camino tiene boleto frente a ti, por si me pierdo saber que si estás ahí mi viaje va siguiendote hasta el fin.
No es como que vaya a llorar.
Pero mis ojos necesitan limpiarse, si es que por suciedad no te ven ahí.
No es como que el mundo se acabe.
Pero es qué quise conquistar el mundo para regalartelo como aniversario y en el poner un jardín.
No es como la historia este pérdida.
Pero que magnífico sería que tú a mis páginas les devolvieras la alegría.
Amor de mí y amor para ti.
El amor que hice por mi no fue para ti, el amor que hiciste para mi no fue por ti; es indescriptible este momento porque en el amor, en el inconciente del dolor este es el que arrebata su perdon.
¿a qué voy?
Voy a coincidir que entre el amor que yo te di y el amor que de ti vi, no hay parentesco y para ser honesto te miento.
Porque amor de mi y amor de ti, son palabras que se hicieron para creer que esta historia nunca tendría fin.
El final.
No es que nuestra historia tenga fin.
Es que aquí murió lo que se veía venir.
Nadie dijo nada, yo calle, callaste; nadie habló, nadie se compareció y este es el precio que se pagó.
De amor no se vive, es cierto; pero sin este nadie vive.
El perdón.
No busco tu perdón, no he matado o intentado asesinar.
No busco una disculpa, porque no es algo que se lamente; pues sí, alguien se murió pero no fuimos nosotros, fue nuestro amor.
El entierro es a la dos, los día de vela solo somos tu y yo.
Dando honra a lo que sucedio te invito una copa, para ver si es que aún me pides perdón.