¡¡Qué fuerte y alegre era yo
en aquél entonces cuando te conocía!!.
¡¡Cuánto reía!!
¡¡Qué felicidad!!.
¡¡Cuánto me gustaba observar los
pájaros y acariciar la brisa
del viento!!
Y después llegó la vida.
la verdad de ésta traducida en
distancia para después tu huída.
¿Y ahora?
Ahora estoy sometido y
obediente a mi propio silencio.
Lázaro