Alexandra L

La Verdad

 

Cuanta maldad se pasea
por corredores y salas
cuantos acuerdos vendidos
cuanta ignominia malvada.

El sol se esconde tras nubes
de dolor y se desgarra,
galopante juega el hambre
en estómagos y el alma.

Se ha escapado la vergüenza,
Y avasallan cual manada
a seres desesperados
de mirada desolada.

Y me pregunto, que falta,
para acabar con las mañas
justificaciones necias
holocausto que retrata
la muerte en primera plana.

Los verdugos se han cebado,
tantas muertes provocadas,
es prolongar la agonía
en tan desigual batalla.

No se derriba malandros
con piedras, ni con palabras;
de su mismo chocolate
hacerle beber su taza.

Los cómplices asesinos
mercenarios a la paga
bajo una bota de oprobio
Y moral contrabandeada.

Ojo que el escarnio vuela
con alas ensangrentadas
la violencia se ha hecho pan
y oscuridad sin mañana.

Vivimos el renacer de dictadores,
ladinos usurpadores,
herederos de una farsa,
que se abrazan a la magia
torrente de pura sangre
bajara de las montañas.

Amanecer doloroso, noche eterna,
madrugada donde las sombras
se alargan sosteniendo la guadaña
Y decapitan el sueño de libertad malograda.

Mas  volverá un día cualquiera
el verde de la esperanza
retoños en carne viva
florecer con nueva savia.

No existen males eternos
por mas disfraces que traiga
la verdad os hará  libres
la razón será su espada.