Un triste silencio
guarda la soledad,
un vacío amargo
en el que no podemos
retornar.
Las piedras que
inundan el alma,
son joyas cuya
vida desvanece
cuando son incapaces
de brillar.
Y nadie llama a tu puerta...
sólo, se oye un
lamento de culpa
que no te da
fuerzas ni descanso.