Rodrigo A. Alvarenga

Sueño de Ocaso

Creés en todo lo que detesto,

luchás por quienes yo aborrezco,

y encima, te burlas de aquello que venero…

 

Pero,

escucho tu chancleteo,

y mueren todos tus defectos.

Florecen los vicios,

consumo tus ojitos,

poco a poco,

me voy convirtiendo en tu drogadicto…

 

Aun así,

o quizá así,

quisiera abrazarte…

Qué no hiciera por abrazarte,

derribar tus muros,

besarte…

 

Sos mía,

aunque sea una declaración en contra de tu ideología.

Porque sos vos quien merodea mis pensamientos

-tanto de noche como de día-.

 

Entendelo,

no me basta con una sesión besos.

Necesito envolverme con tu cuerpo,

-al desnudo, sin escrúpulos-

besarlo sin reparo alguno,

en conclusión:

enterrar mis deseos en los tuyos.

 

Sueño de ocaso,

¿qué esperás?

Firmá el contrato.

Conmigo,

vas a vivir todo lo que siempre habías soñado.