En la humedad del cáliz de tu boca
que sabe al vino rojo dulce del deseo
sacian su sed mis labios con tus besos.
Se moja mi piel con el sudor perlado
de tu pecho agitado, estallando a borbotones
la sangre que fluye por las venas,
tornando en volcanes nuestros cuerpos excitados .
El deseo nos despierta...nos desvela…
nos agita...nos recorre...nos enreda...
y me dejo arrastrar enceguecida
a tus brazos de fuego que me queman.
Navego extasiada en tu mirada;
y te hundes buscando mis entrañas
en el silencio roto por el gemir que estalla.