La vida me bifurca en realidades opuestas,
el estoicismo con que muere el silencio
sobrepasa todo el dolor a cuestas
que cohabita con las cosas que esencio,
y que a pesar de las flores marchitas,
de los sueños perdidos entre escombros,
existen momentos de circunstancias bonitas
que nacen de virtudes y asombros,
La Fe, con que a diario enfrentamos al mundo,
(esa fiera hambrienta de inocentes cualquiera),
es la que nos llena de ese sentir fecundo
venido de lo alto, sin conocer frontera
y nos hace creer en lo que no hemos visto
movidos solamente por el Amor sagrado
de la Esperanza que nos conduce a Cristo,
aquel que con un beso fue entregado.
Nadie nace siendo malo o siendo bueno,
en el camino vamos cosechando los frutos,
prefiero el pan Humilde de trigo o de centeno
que los grandes banquetes de seres disolutos.
Izando una bandera de afectos y Templanza
navego con la brisa de los vientos alisios,
un beso azul temprano a mis labios alcanza
con su amor de verano empapado en solsticios.
No quiero la tristeza de unos ojos heridos,
si hay Bondad en el alma, evitamos la guerra,
aprender a Perdonar si somos ofendidos
hará más placentera nuestra vida en la tierra.
Sufrir con el que llora, brindar el brazo amigo,
sentir que estamos vivos cuando somos leales,
cuando nuestra manta siempre sirve de abrigo
a un alma atribulada para acallar sus males.
El mar en su bravura me grita que estoy vivo,
Siendo feliz a diario en los detalles pequeños,
con el amor a cuestas que me lleva cautivo
al final de la tarde repartiendo mis sueños.
Deteniendo la marcha solo para admirarte,
para besar las flores del camino en que voy;
y si mi vida toda, en trozos se reparte,
si en mi alma no hay amor, sin duda nada soy