Con agudo metal,con roca azada,
los huesos de mi triste desventura
sacando están a tierra mi tortura,
mi ansia de amor,mi pena delicada.
Y es ¡ay! temblor de nieve desolada
que se muere en un fuego sin figura,
esta flor de furiosa calentura
que consume mi boca,marchitada.
Tengo sangre de amor,tengo tormento,
como el hombre lo tiene,por su daño;
que otra ansiedad por dentro se despeña.
Hay algo que en mí mismo sólo siento
sin saber si es verdad o si es engaño;
otra voz que la sueño o que me sueña.