Dices que me amas
y tus palabras me hieren.
Mis lágrimas caen
como dos cascadas
por mis mejillas.
Siento la soledad
de mi alma,
aunque mi cuerpo
esté acompañado.
Vale más un momento
de gozo del corazón,
que toda la eternidad
esten gozando el resto
de los sentidos.
Mi alma se alimenta de poesia,
pero tu no lo entiendes.
Dices que pierdo
el tiempo en tonterias
Que desatiendo la casa
y que el guiso
salio soso.
De humanos es errar,
¡¡Por Dios ponle tu
un poco de sal!!