PERDIDOS EN EL CLAMOR
Cruda la sangre que brota,
de las fuentes y los ríos.
Negra sangre que derrota,
la vida que no ha nacido.
Tiemblan las pérfidas hojas,
del libro de los destinos.
Y se retuercen los hechos,
para simular ser dignos.
Perdidos en el clamor,
de los delirantes gritos,
se van quedando apagados,
los auténticos quejidos.
Ecos que van rebotando,
en sinuosos caminos,
donde no llega el respeto,
donde calla el afligido.
Ausente la voz se apaga,
porque faltan los oídos.
En la siniestra negrura,
de los cuerpos contraídos,
se esconde la voz profunda,
reclamando sus principios.
En las oscura realidad,
se debate lo perdido.
Rumores que van saltando,
de carne a carne fruncidos.
Cuando en leyes convertidos,
se apropian de lo que es digno.
Mientras viva y en silencio,
la verdad cede su sitio.
Rumores que son banderas,
estandartes de lo indigno.
En un hilo se sostienen,
compromisos y verdades.
Balanceándose inestables,
en un precario equilibrio.
Mentiras en los rincones,
o pronunciadas a gritos.
Errores que van sumando,
como fétidos rimeros.
Rosarios de deslealtades,
de ladinos argumentos.
Emerge el árbol erecto,
fiel a sus propios principios.
Orgulloso de ser sombra,
de hacer más limpio el camino.
Exhalando sus esencias,
generosamente vivo.
Dando su cuerpo al que vive,
de su savia y su presencia,
arraigado a su destino.
Se fue quedando sin voz,
de gritar sin ser oído.
Y en el rictus de su rostro,
se revela lo vivido.
Pero la fuerza camina,
junto al que abraza al distinto.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
05/04/2019