Tratar hallar cual aguja, ventaja dada
La prosperidad cuando el viento se levanta.
Aunque a veces cruel tragedia se adelanta
¿Para qué mi niña, seguías tan aferrada?
De pronto tu aliento de rojo tintado fue
Aún así, casarte conmigo decidiste.
En todos lados estabas aunque te fuiste
Sin saberlo, el agua de tu tiempo desagüé.
Ojalá mi avión se hubiese estrellado
Puesto que sin tí no puedo pilotarlo.
Pero tu voz en el viento he escuchado
Y tu amor, no he podido dejar de elevarlo.