No me enamoré de ti, pequeña,
que nosotros solo somos
un par de manos
muslos y piernas.
No me enamoré tampoco
de lo que soy contigo;
que soy amor, es cierto,
pero también soy hombre
tristeza, olvido.
Pero contigo pude amar más cosas
que las que existen en este mundo.
O inclusive aquellas jamás inventadas.
(La forma única de decir -Te amo-.)
Contigo pude ver mis ojos al espejo,
a disfrutar de mi propia compañía.
Aunque tú no supieras que te amaba,
y yo no imaginaba que existías.
Me enamoré,
de este instante en que somos
uno más uno y los tuyos y los míos,
como las dos piezas centrales
de un infinito rompecabezas.