No pienses es mí cuando te bebas un café a las 2 de la mañana,
o cuando haya otra mujer en tu cama.
Qué no te remuerda la conciencia cuando vayas caminando al trabajo
y no pienses siquiera que aún queda algo.
No le beses los labios con los ojos cerrados
si sabes que por tu mente puedo aparecer
y hacer de las mías como siempre acostumbro.
No le mientas diciéndole que es tu mundo
si no has borrado mi número
y sueles llamar en las tardes
para después decidir colgar.
Yo sé que mi ego está por los cielos,
que no piensa en lo frío que se pone el suelo
cuando la gente no pasa por las calles
y se va a guardar a sus casas,
es sólo que sé muy bien que me amas tanto
y que te cuesta aceptarlo.
Sé que estás de botella en botella
y que a veces la confundes a ella
más cuando estás borracho
pero a ella le duele cuando estás sobrio
porque haces tu vacío más obvio.
Así que por favor,
hay que hacernos un favor:
deja de hacerte la víctima del juego
y pon en orden tus sentimientos;
no la utilices como lo hiciste conmigo
porque está claro que yo no soy el enemigo,
si tú antes no querías quedarte
hoy no ruegues por regresar,
si bien sabes que aprendí a amarte
pero también a soltar.