En el campo
soy un hombre de Dios,
sentado
mirando al vacuno...
Escuchando
relinchos y rebuznos,
balidos,
bajo el cielo divino...
Estoy solo
oliéndo al verde pino.
En lo cotidiano,
dialogando con el Creador...
Soy pequeño
para el viento caldeado,
pero rezando,
intimo con el gran dios...