MENCIÓN ESPECIAL CERTAMEN III CONCURSO DE POETAS DEL MUNDO DIPLOMÁTICO DE WASHINGTON D.C 2004
Tus velas se hinchan tras los vientos
que soplan de mis labios entre besos,
la aurora de mi cuerpo es el puerto
donde enfila tu nave de regreso.
Muelle de sal y aguas transparentes
esperan el drizar de tu velamen,
mientras sueltas tu ancla suavemente
en la voluptuosidad de mis profundidades.
Sirena que cantándote al oído
enciende los caudales de tu sangre,
en las islas de mi pecho estas perdido
sin brújula que te guíe ni sextante.
Suelta amarras en el ocaso de mi vientre
que mis ojos sean estrellas tutelares,
y emprende con pasión la travesía
buscando los misterios de mis mares
Marinero, en mi mar de perlas y corales
te condeno a navegar sin otro rumbo,
que buscar en mi cuerpo, los puntos cardinales
y la Atlántida en los límites de mis muslos.