Amante eternamente escondido
en las neuronas renovadas
de mi cerebro,
confieso
que anhelo tus caricias, palabras y desvelos.
Emerges en los sueños
de este ser ni joven, ni viejo
con anhelos de saborear tus besos
envueltos en un manto multicolor
de deseos,
de intimidadad,
de satisfacción,
de plenitud,
de permanencia, De paz.